Fecha: octubre 5, 2019
Autor: Eduardo J. Estrada Montenegro
Categorías: CULTURA Etiquetas: agradecimiento / autoayuda
Los breviarios surgieron en la antigüedad como libros litúrgicos que contenían las oraciones eclesiásticas de todo el año, pero también podían ser un breve, conciso y sustancial resumen de una materia amplia. Esta Segunda parte de los breviarios de Zulmara, es también una liturgia laica y a la vez una rememoración de las acciones que debemos practicar en nuestra vida cotidiana.
Estas reflexiones de agradecimiento de Zulmara María, que ha titulado Breviario II. Agradecimiento por la vida, pueden definirse como un sumario de agradecimiento cotidiano en la búsqueda de una vida próspera y saludable. Se trata de una especie de praxis de la vida cotidiana que hay que convertir en un acto permanente: el agradecimiento por la vida.
Igual que en el primer volumen, en estos pensamientos una invocación a la poesía de Walt Whitman, la alegría por vivir, el agradecimiento de los dones que nos ha dado la naturaleza y ese sentido de divinidad que se invoca en cada uno de los pensamientos.
“La vista, el oído, el tacto son un milagro y cada partícula, cada apéndice mío es un milagro”, decía Whitman en sus Hojas de Hierba, en las que reivindicaba el sentido de divinidad.
“Acepto tus divinos esquemas elementales para completarlos y llenarlos yo mismo y para repartirlos con largueza entre todos los hombres y mujeres que encuentre”, decía el poeta norteamericano, muy célebre por su obra poética, también conocida como Canto a mí mismo.
Este libro de Zulmara María también es un canto al ser humano y el agradecimiento por la vida. Son breves oraciones que podemos repetir y compartir una y otra vez en la vida cotidiana con nosotros mismos y nuestros amigos, recitar en voz alta para darnos fortaleza y enfrentar las dificultades de la vidia cotidiana con espíritu optimista y tenaz.
Así que tenemos este breviario, repito, como una especie de liturgia laica, que debemos recitar en los buenos y malos momentos de la vida, con la certeza que la vida será abundante y próspera, si tenemos una actitud positiva, pero sobre todo, se recitamos estos pensamientos con verdadera devoción.
Eduardo Estrada Montenegro